07 diciembre 2007

¡Adiós muchachos!

Que en realidad no es un adiós, sino un -espero- "hasta luego".
Tras la intentona fallida de "De la nada y otros ismos[punto antiestético]", que sólo llegaron a conocer X y Kane y como ésto ya estaba más que muerto, como todos sabréis, me he decidido a abrir un nuevo blog (claro, es muy inteligente... no puedes mantener tu blog de toda la vida pero haces uno nuevo *ejem ejem*), el cual espero que tenga más suerte de actualizaciones.

La nueva URL es la siguiente: http://sintituloconocido.blogspot.com/

Sí, sé que todos sabéis que derrocho imaginación hasta límites insospechados *ejem*.

No cerraré este blog. Para futuras referencias. Por si me rajo y/o se me cruzan los cables y decido volver a escribir aquí... por lo que sea. Posiblemente incluso sólo sea por mero cariño. El caso es que Paranoias... se mantendrá abierto aunque inactivo... aunque por otra parte, esto tampoco es una novedad :P

En fin, la cuestión era ésta. Que prometí avisar de novedades bloggeriles, así que espero seguir adelante con este nuevo proyecto (bueno, esto de proyecto es un decir...) y reincorporarme a la blogoesfera.

Si es que alguien sigue leyendo este blog, pues lo típico, aprovecharé para agradecer a todas las personas que alguna vez han [mal]gastado minutos de su tiempo leyendo este blog. Tanto a los lectores constantes, como a los que sólo se pasaron una o dos veces y no volvieron. A los que solían comentar y a los tímidos que me espiaban en el anonimato. Gracias a los que alguna vez dejaron mensajes de apoyo, a los que simplemente me recordaban mi escasa frecuencia de actualizaciones, o a los decepcionados lectores que venían buscando "putillas messenger".
Que sí, sé que no tengo una legión de "seguidores", ni un número astronómico de comentarios en cada post. Pero también sé que este blog no es muy bueno, y que fue la cosa más inconstante y por momentos monótona del mundo, y aun así, no esperaba llegar a tener un pequeño grupillo de lectores habituales y masoquistas.

En fin... se me dan fatal las despedidas, los discursos, y ponerle nombre a las cosas.